En el nacimiento y durante las primeras semanas de vida
se manifiestan en el niño una serie de movimientos que son característicos de
los recién nacidos, los cuales conocemos como reflejos o respuestas
motrices, los cuales van desapareciendo a lo largo de los primeros meses de
vida como consecuencia de los procesos evolutivos.
Algunos de los
reflejos de los recién nacidos son:
- Reflejo de succión o de hozar: cuando se estimula la mejilla del
bebé, él voltea la cabeza, abre la boca y empieza a chupar. Lo que permite
que el niño encuentre y tome la comida.
- Reflejo darwiniano o de agarrar: al estimular la palma de la mano
del bebé, él cierra el puño con fuerza.
- Reflejo de marcha automática o de
caminar: se toma
al bebé por debajo de los brazos, es decir, por las caras laterales del
tórax, en posición vertical y con los pies descalzos se coloca sobre una
superficie dura y plana un poco inclinada hacia adelante, el bebé empieza
a caminar con movimientos coordinados semejantes a pasos. Este reflejo no
desaparece a las ocho semanas de nacido tal y como se pensaba, sino que
las piernas del bebé se vuelven pesadas y no tiene fuerza para poder
levantarlas. Se ha demostrado que si se introduce al bebé en agua el
reflejo aparece.
- Reflejo de moro o de susto: es un movimiento global del
cuerpo del bebé: mueve con rapidez los brazos hacia afuera y luego hacia
adentro, abre los dedos como buscando agarrarse, arquea la espalda y
extiende las piernas cuando es sorprendido por un ruido fuerte.
- Reflejo de Babinski: se da cuando se estimula la
planta del pie del bebé, abriendo los dedos en abanico. Este reflejo
desaparece hacia los seis meses y es suplantado por el encoger hacia
adelante los dedos al ser estimulada la planta del pie.
- Reflejo vestíbular: se observa cuando se coge al niño
por las axilas y da vuelta completa; si se fija la cabeza del bebé éste
tiende a dirigir los ojos hacia la misma dirección del movimiento, si no
se fija la cabeza se voltea completamente. Después de los seis meses de
edad forcejea de manera incoordinada, hacia los ocho meses es capaz de
hacer movimientos voluntarios.
- Reflejo tónico del cuello: se puede observar cuando se
coloca al bebé acostado
boca arriba, voltea la cabeza pasivamente a un lado, extiende el brazo y
la pierna del lado preferido y flexiona los miembros opuestos.
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